Se dice que el hombre es un animal homeotermo porque mantiene su temperatura interna en un valor constante de 37° C gracias a los procesos metabólicos que se producen en su organismo. Sin embargo, en determinados sectores y actividades de la industria, como altos hornos, vidrio, cerámica, construcción, hostelería y restauración, congelados, agricultura, etc., los mecanismos fisiológicos reguladores de la temperatura no pueden mantener dicho valor y las variaciones superiores a 1° C suponen un serio peligro para la salud del trabajador.
Aunque ésta no es una de las materias más tenidas en cuenta a la hora de diseñar y evaluar los puestos de trabajo, y considerando que en muchas ocasiones el sometimiento a este tipo de ambientes laborales es difícil de evitar, es preciso valorar los efectos nocivos sobre la salud, que pueden llegar incluso a causar la muerte, aunque en la gran mayoría de los casos es suficiente con un tiempo de reposo del trabajador lejos de la zona peligrosa para minimizar los efectos.
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